El desafío del liderazgo judío

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Yo solía decir, medio en broma, que la prueba de que Moshé fue el más grande de los profetas era que cuando Dios le pidió que liderara al pueblo judío, se rehusó cuatro veces: ¿quién soy yo para liderar? Ellos no me creerán. No soy un hombre de palabras. Por favor envía a alguien más.

Es casi como si Moshé supiera, con increíble precisión, a qué se estaba por enfrentar. En cierta forma, se dio cuenta que sería dificil ser judío, pero ser un líder de judíos sería casi imposible.

¿Cómo supo esto Moshé? La respuesta yace muchos años antes, en su juventud. Fue en cuando, ya siendo grande, salió y vió a su pueblo por primera vez. Los vió esclavizados, siendo forzados a hacer labores pesadas.

Vio a un egipcio golpeando a un hebreo, uno de su pueblo. Intervino y le salvó la vida. Al día siguiente vio a dos hebreos peleando, y nuevamente intervino. Esta vez, uno de los hombres a quienes había detenido le respondió agresivamente con una pregunta: “¿Quién te designó como nuestro líder y nuestro juez?”

Moshé aún no había siquiera pensado en ser un líder, y su liderazgo ya estaba siendo desafiado. Y estas son las primeras palabras que un judío le dijo a Moshé de las que tenemos registro. Esa fue su recompensa por haber salvado la vida de un israelita el día anterior.

Y a pesar de que Dios persuadió a Moshé, o le ordenó, que fuera el líder del pueblo, nunca dejó de ser difícil, a veces desmoralizante. Moshé enfrentó más de cuarenta años liderando a una grupo de personas que eran propensas a criticar su situación, pecar y rebelarse, y discutir entre ellos.

En una espantosa demostración de ingratitud, los israelitas se quejaron muchas veces a lo largo del libro de Shemot, incluso después de ser testigos de los actos milagrosos de Dios y el líder elegido por Él. En Mará se quejan de que el agua es amarga. Después, en términos más agresivos, protestan por la falta de comida (‘¡Si tan sólo hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto! Allí nos sentábamos alrededor de fuentes de carne y comíamos toda la comida que deseábamos, pero tú nos has traído a este desierto, a matar a toda esta asamblea de inanición.’) Más tarde, en Refidim, se quejan de la falta de agua, haciendo que Moshé le diga a Dios: ‘¿Qué soy para este pueblo? ¡Están casi listos para apedrearme!’

En Devarim, Moshé recuerda el tiempo en que le dijo a Dios: “¿Cómo puedo yo soportar Tus problemas, Tus cargas y Tus disputas por mi mismo?” (Deut. 1:12). Y después, en Behaaloteja, Moshé sufre lo que he llamado un colapso emocional:

Le he preguntado al Señor, “¿Por qué Has traído este problema sobre Tu sirviente? ¿Qué he hecho para desagradarTe que Tú has puesto la carga de todas estas personas sobre mí? ¿Acaso yo concebí a todas estas personas? ¿Les he dado a luz? ¿Por qué me pides que los cargue en brazos, como una madre carga a un infante, a la tierra que Tú les prometiste en un pacto a sus ancestros?… No puedo llevar a este pueblo por mí mismo, la carga es muy pesada para mí. Si es así como Tú has de tratarme, por favor mátame – si he encontrado favor en tus ojos – y no me dejes enfrentar mi propia ruina.”

Núm. 11:11-15

Y no olvidemos que esto fue dicho por el más grande líder judío de todos los tiempos. ¿Por qué es casi imposible liderar a los judíos?

La respuesta fue dada por el más prominente rebelde en contra el liderazgo de Moshé: Koraj. Escucha atentamente a lo que él y sus cómplices dicen:

Vinieron como un grupo para oponerse a Moshé y Aarón, y ellos dijeron: “¡Han ido muy lejos! Toda la comunidad es santa, cada uno de ellos, y el Señor está con ellos. ¿Por qué ustedes se colocan por sobre la asamblea del Señor?”

Núm. 16:3

Los motivos de Koraj estaban errados. Él hablaba como un demócrata pero lo que quería era ser un autócrata. Él mismo quería ser el líder. Pero en sus palabras, hay una insinuación de lo que está en juego. Los judíos son una nación de individuos fuertes. “Toda la comunidad es santa, cada uno de ellos.” Siempre lo fueron. Aún lo son. Esa es su fortaleza y su debilidad. Hubo tiempos en que les fue difícil servir a Dios. Pero ciertamente no iban a servir a nadie más. Eran un pueblo de “dura cerviz”, y a un pueblo de dura cerviz le resulta difícil doblegarse.

Los profetas no se doblegaron ante los reyes. Mordejai no se doblegó ante Hamán. Los macabeos no se doblegaron ante los griegos. Sus sucesores no se doblegaron ante los romanos. Los judíos son ferozmente individualistas. Hay momentos en que esto los vuelve inconquistables. Pero también los vuelve casi ingobernables, casi imposibles de liderar.

Esto es lo que descubrió Moshé en su juventud cuando, tratando de ayudar a su pueblo, la primera respuesta que recibió fue “¿Quién te designó como nuestro líder y nuestro juez?” Es por eso que estaba tan renuente a asumir el desafío del liderazgo, y la razón de haberlo rechazado cuatro veces.

Recientemente, ha habido un gran debate en la judería británica y norteamericana[1] acerca de si debe haber una posición colectiva acordada de apoyo incondicional al estado y el gobierno de Israel, o si nuestra posición pública debe reflejar las profundas diferencias que existen entre los judíos hoy, dentro y fuera de Israel.

Mi visión es que Israel necesita nuestro apoyo en este momento crítico. Pero el debate que se ha desarrollado es superfluo. Los judíos son una nación de individuos fuertes que, salvo por raras excepciones históricas, nunca se pusieron de acuerdo sobre nada. Eso los hace imposibles de liderar, y también los hace inconquistables. Las buenas y las malas noticias van de la mano. Y si, tal como creemos, Dios amó y aún ama a este pueblo a pesar de sus fallas, ¿podemos hacer menos?


[1] Para dar contexto, este ensayo fue escrito por el Rabino Sacks en Noviembre de 2010.


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  1. ¿Por qué crees que las experiencias de Moshé en su juventud formaron su enfoque del liderazgo?
  2. Al considerar otros líderes del Tanaj, ¿qué similitudes y diferencias encuentras entre Moshé y el resto, como el rey David y Yehoshúa?
  3. ¿En qué forma las experiencias de Moshé como líder nos permiten comprender la complejidad y la responsabilidad que se requiere al liderar un grupo diverso y con opiniones fuertes?

With thanks to the Schimmel Family for their generous sponsorship of Covenant & Conversation, dedicated in loving memory of Harry (Chaim) Schimmel.

“I have loved the Torah of R’ Chaim Schimmel ever since I first encountered it. It strives to be not just about truth on the surface but also its connection to a deeper truth beneath. Together with Anna, his remarkable wife of 60 years, they built a life dedicated to love of family, community, and Torah. An extraordinary couple who have moved me beyond measure by the example of their lives.” — Rabbi Sacks

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