Abraham: una vida de fe

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Los sabios estaban convencidos de que Abraham era un héroe religioso más grande que Noaj. Vemos esto en la famosa disputa de los sabios acerca de la frase perfecto en su generación”, significando relativo a su generación:

“En su generación” – algunos de nuestros Sabios lo interpretan favorablemente: si hubiera vivido en una generación de justos, él habría sido aún más justo. Otros lo interpretan en forma derogatoria: en comparación a su generación era justo, pero si hubiera vivido en la generación de Abraham no habría sido considerado de importancia.

Rashi a Génesis 6:9:2

Algunos consideraron que si Noaj hubiera vivido en los tiempos de Abraham hubiera sido inspirado por su ejemplo y se hubiera elevado aún más alto, mientras otros sostienen que hubiera seguido de la misma manera, y por lo tanto haber sido insignificante en comparación a Abraham. Pero quienes sostienen una u otra postura no dudan en que Abraham era el más grande.

En forma similar, los Sabios contrastaron la frase “Noaj caminaba con Dios”, con el hecho de que Abraham caminaba delante de Dios.

“Noaj caminaba con Dios” – pero acerca de Abraham, las Escrituras dicen en Génesis 24:40: “(El Señor) frente al he caminado.” Noaj requería apoyo (de Dios) para sostenerse (en su condición de justo), pero Abraham se fortalecía a sí mismo y caminaba como un justo por sí mismo.

Rashi a Génesis 6:9

Sin embargo, ¿qué evidencia tenemos en el texto mismo de que Abraham era más grande que Noaj? Con certeza podemos decir que Abraham discutió con Dios y protestó contra la destrucción de las ciudades de la planicie, mientras que Noaj simplemente aceptó el veredicto de Dios acerca del Diluvio. Sin embargo, Dios invitó la protesta de Abraham. Inmediatamente antes, el texto dice:

Entonces el Señor dijo: “¿Debo Yo ocultar a Abraham lo que habré de hacer? Abraham se convertirá con certeza en una gran y poderosa nación, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas a través de él. Ya que lo He elegido, para que él prescriba a sus hijos y su descendencia en pos de él para mantener la senda del Señor, haciendo lo que correcto y justo, para que el Señor le otorgue a Abraham lo Él le ha prometido.

Génesis 18:17-19

Esta es una invitación casi explícita a desafiar el veredicto. Dios no dio sermones semejantes a Noaj. Entonces la falta de protesta de Noaj no puede ser usada en su contra.

Más bien, la Torá parece hablar en forma más positiva de Noaj que de Abraham. Dice:

Noaj encontró favor en los ojos del Señor.

Génesis 6:6

Dos veces es descrito Noaj como un tzadik:

  1. Noaj era un hombre justo, íntegro entre las personas de su tiempo, y caminaba con Dios. (Génesis 6:9)
  1. El Señor dijo a Noaj “Sube al Arca, tú y toda tu familia, porque Yo te he encontrado justo en esta generación.” (Génesis 7:1)

No existe otro personaje en todo el Tanaj que haya sido llamado justo. Entonces, ¿cómo es posible que Abraham sea más grande que Noaj?

Una respuesta, y una profunda, es sugerida en la forma en que los dos hombres respondieron a la tragedia y la aflicción. Después del Diluvio, leemos esto acerca de Noaj:

Noaj comenzó a ser un hombre de la tierra, y plantó un viñedo. Bebió un poco del vino, se embriagó, y se desnudó en su tienda.

Génesis 9:20-21

Es un descenso extraordinario. El “hombre justo” se convirtió en “un hombre de la tierra”. El hombre al que miraron para que “traiga consuelo” (Génesis 5:29) ahora busca consuelo en el vino. ¿Qué sucedió?

La respuesta es, ciertamente, que Noaj era un hombre justo, pero uno que había visto el mundo ser destruído. Nos da la impresión de un hombre paralizado por el dolor, buscando el olvido. Como la esposa de Lot cuando se volvió hacia la destrucción, Noaj no se encuentra con que no puede seguir adelante. Está desolado, golpeado por la aflicción. Su corazón está roto. El peso de los eventos pasados le previenen continuar hacia el futuro.

Ahora pensemos acerca de Abraham al comienzo de esta parashá. Acababa de pasar la prueba más grande de su vida. Dios le había pedido que sacrifique al hijo por el que había esperado largos años. Se le pidió que se enfrente al sacrificio y la pérdida de aquello que le era más preciado en su vida. Es difícil imaginar su estado mental mientras se desenvolvía la prueba.

Entonces, en el momento en que se disponía a levantar el cuchillo llegó el llamado del cielo diciendo “detente”, y la historia parece, después de todo, tener un final feliz. Pero había un giro dramático esperando. Mientras Abraham está regresando, aliviado por que la vida de su hijo ha sido salvada, descubre que la prueba ha tenido una víctima. Inmediatamente a continuación, al comienzo de esta parashá, leemos acerca de la muerte de Sara. Y los sabios sugieren que los dos eventos fueron simultáneos. Como explica Rashi:

El relato de la muerte de Sara fue yuxtapuesto a la Ligadura de Itzjak porque como resultado de las noticias de la ‘ligadura’, que su hijo estaba preparado para ser muerto, y fue casi sacrificado, su alma la dejó, y murió.

Hoy diríamos que sufrió un ataque al corazón por la noticia.

Ahora, intentemos ponernos en la situación de Abraham. Hacía casi sacrificado a su hijo y ahora como un resultado indirecto  de la prueba misma, la noticia había matado a su esposa de muchos años, la mujer que había estado a su lado a lo largo de todos sus viajes y sufrimientos, que salvó su vida en dos ocasiones, que en alegría dio a luz a Itzjak siendo anciana. Si Abraham hubiera estado de duelo por el resto de su vida, lo habríamos comprendido tal como comprendimos el dolor de Noaj. En lugar de eso, leemos lo siguiente:

Y Sara murió en Kiriat Arba, que es Hebrón en la tierra de Canaán, y Abraham vino a llorar por ella, y Abraham se levantó de ante su difunta.

Abraham lamenta y llora, y a continuación se levanta y hace dos cosas para asegurar el futuro judío, dos actos cuyos efectos sentimos hoy en día. Compra el primer terreno en la Tierra de Israel, un campo en la Cueva de Majpela. Y luego busca una esposa para su hijo Itzjak, para que hayan nietos judíos, continuidad judía. Noaj se lamenta y está abrumado por su pérdida. Abraham se lamenta sabiendo lo que ha perdido. Pero a continuación se levanta y construye el futuro judío. Hay un límite para lamentarse. Esto es lo que Abraham sabe y Noaj no.

Abraham otorgó este don singular a sus descendientes. El pueblo judío sufrió tragedias que habrían devastado a otros pueblos más allá de la esperanza de recuperarse. La destrucción del Primer Templo y el exilio de Babilonia. La destrucción del Segundo Templo y el fin de la soberanía judía. Las expulsiones, masacres, conversiones forzadas e inquisiciones de la Edad Media, los pogromos de los siglos XVII y XIX, y finalmente la Shoá. Y sin embargo, el pueblo judío se lamentó y lloró, y luego se levantó y construyó el futuro. Esta es su fortaleza única y provino de Abraham, como vemos en la parashá de esta semana.

Kierkegaard escribió una oración muy profunda en sus diarios:

Se necesita coraje moral para lamentarse, se requiere coraje religioso para alegrarse.

Quizás esta es la diferencia entre Noaj el Justo, y Abraham el Hombre de Fe. Noaj se lamentó, pero Abraham sabía que eventualmente debe haber un final para el dolor. Debemos cambiar de la pérdida de ayer al llamado de mañana. Debemos ayudar para nacer. 


questions spanish table 5783 preguntas paea la mesa de shabat
  1. ¿Por qué fueron elegidos Noaj y Abraham como líderes? ¿Comparten alguna cualidad?
  2. ¿Por qué crees que Abraham tenía la fortaleza emocional que Noaj carecía?
  3. Cuando te enfrentas a las tragedias recientes en Israel, ¿puedes ver un ejemplo del pueblo judío levantándose para construir el futuro?

With thanks to the Schimmel Family for their generous sponsorship of Covenant & Conversation, dedicated in loving memory of Harry (Chaim) Schimmel.

“I have loved the Torah of R’ Chaim Schimmel ever since I first encountered it. It strives to be not just about truth on the surface but also its connection to a deeper truth beneath. Together with Anna, his remarkable wife of 60 years, they built a life dedicated to love of family, community, and Torah. An extraordinary couple who have moved me beyond measure by the example of their lives.” — Rabbi Sacks

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