¿Natural o sobrenatural?

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El libro de Bamidbar se acerca a su fin con un recuento acerca de las ciudades de refugio, las seis ciudades – tres a cada lado del Jordán – designadas como lugares donde las personas inocentes de asesinato, pero culpables de homicidio involuntario, se exiliaban temporalmente.

En las sociedades tempranas, especialmente las no urbanas que carecían de una extensa fuerza de policía, existía la preocupación de que las personas tomaran la ley en sus propias manos, en particular cuando un miembro de su familia o tribu había sido muerto. Entonces podría comenzar un ciclo de venganza y represalias que no tenía un fin natural, una muerte por venganza llevando a otra y a otra, hasta que la comunidad fuera decimada. Este es un fenómeno que nos es familiar de la literatura, de los Montescos y Capuletos de Romeo y Julieta, a los Sharks y los Jets de Amor sin barreras (West Side Story), a los Corleone y los Tattaglia en El padrino.

La única solución viable es el imperio efectivo e imparcial de la ley. Sin embargo, sigue existiendo un riesgo persistente. Si Reuben mata a Shimon y es juzgado inocente de asesinato – fue un accidente, no existio premeditacion maliciosa, la víctima y el victimario no eran enemigos – entonces todavía existe el riesgo de que la familia de la víctima sienta que no se ha hecho justicia. Su pariente cercano yace muerto y nadie ha sido castigado.

Es para prevenir este tipo de situaciones de “venganza de sangre” que las ciudades refugio fueron establecidas. Aquellos que habían cometido un homicidio involuntario eran enviados allí, y mientras se mantuvieran dentro de los límites de la ciudad, estaban protegidos por la ley. Debían quedarse allí hasta – según nuestra parashá – “la muerte del Sumo Sacerdote” (Núm. 35:25).

La pregunta obvia es, ¿que tiene que ver la muerte del Sumo Sacerdote con esto? Pareciera no haber conexión alguna entre el homicidio involuntario, venganza de sangre y el Sumo Sacerdote, y mucho menos con su muerte.

Veamos dos interpretaciones un tanto diferentes. Son interesantes por sí mismas, pero en forma más general nos demuestran la variedad de pensamiento que existe dentro del judaísmo. La primera es dada por el Talmud Babilonico:

Un anciano sabio venerable dijo: ‘Escuche una explicación en una de las clases de Rava, que el Sumo Sacerdote debería haber pedido a Dios misericordia para su generación, y no lo hizo.’

Makot 11a

De acuerdo a esto, el Sumo Sacerdote tenía una parte, aunque pequeña, en la culpa de que alguien muriera, incluso accidentalmente. El asesitnato no es algo que podría haber sido evitado por las plegarias del Sumo Sacerdote. El asesino era culpable del crimen, habiendo elegido hacer lo que hizo, y nadie más puede ser culpado. Pero el homicidio involuntario, precisamente porque sucede sin que nadie tenga la intención de que suceda, es el tipo de evento que podría haberse evitado a través de las plegarias del Sumo Sacerdote. Por lo tanto no es completamente expiado hasta que el Sumo Sacerdote muere. Sólo entonces puede el homicida involuntario ser liberado.

Maimónides ofrece una explicación completamente diferente en Guía de los Perplejos:

Una persona que mata a otra sin intención debe ir al exilio porque el enojo de “los vengadores de la sangre” se aplaca cuando la causa del daño no está a la vista. La posibilidad de volver del exilio depende de la muerte del Sumo Sacerdote, el más honrado de los hombres, y amigo de todo Israel. Al momento de su muerte, el familiar de la persona muerta se reconcilia (ibid. ver. 25), ya que es un fenómeno natural que encontremos consuelo cuando la misma desgracia, o una mayor, le ocurre a otra persona. Entre nosotros ninguna muerte causa más dolor que la del Sumo Sacerdote.

Guía de los Perplejos III:40

Según Maimonides, la muerte del Sumo Sacerdote no tiene que ver con culpa o expiación, sino con el simple hecho de que implica un duelo colectivo tan grande que provoca en la gente el olvido de sus propias desgracias frente a una pérdida nacional mayor. Es en ese momento que las personas desisten de su sentido individual de justicia y deseo de venganza. Entonces es seguro que la persona culpable de homicidio inintencional regrese a su hogar.

¿Qué está en juego entre estas dos interpretaciones profundamente diferentes de la ley? La primera está relacionada a la pregunta si el exilio a una ciudad de refugio es un castigo o no. Según el Talmud Babilonico parece que sí lo era. Puede que no haya habido premeditación. Nadie es culpable legalmente. Pero una tragedia ocurrió a manos de X, la persona culpable de homicidio no intencional, e incluso el Sumo Sacerdote compartía la culpa, aunque sólo negativamente o pasivamente. Solamente cuando ambos habían padecido algún sufrimiento, uno en forma de exilio, el otro en forma de muerte (natural, no judicial), se habría recuperado el balance moral. La familia de la víctima sentía que se había hecho algún tipo de justicia.

Sin embargo, Maimónides no entiende las leyes de las ciudades de refugio en términos de culpa y castigo. La única consideración relevante es la seguridad. La persona culpable de homicidio involuntario es exiliada, no porque sea una forma de expiación, sino simplemente porque es más seguro para él estar lejos de aquellos que podrían buscar venganza. Se queda allí hasta la muerte del Sumo Sacerdote porque sólo después de una tragedia nacional puedes asumir que las personas han renunciado a los deseos de vengarse por su familiar muerto. Esta es una forma fundamentalmente diferente de conceptualizar las ciudades de refugio.

Sin embargo, hay una diferencia más fundamental entre ellas. El Talmud Babilónico asume un cierto grado de realidad sobrenatural. Toma como sobreentendido que si el Sumo Sacerdote hubiera rezado con intensidad y devoción suficientes, no habrían habido muertes accidentales. La explicación de Maimónides es no-sobrenatural. Pertenece en líneas generales a lo que llamamos psicología social. Las personas son más capaces de aceptar el pasado cuando no lo recuerdan a diario al ver a la persona que, quizás, estaba manejando su auto y mató a su hijo mientras cruzaba la calle en una noche oscura, con una lluvia intensa, en una curva pronunciada del camino.

Hay muertes – como las de la Princesa Diana y la Reina Madre en Bretaña – que evocan un amplio y profundo duelo nacional. Hay tiempos – después del 9 de septiembre, por ejemplo, el tsunami en el Océano Índico el 26 de diciembre de 2004 – cuando nuestros agravios personales parecen simplemente muy pequeños para preocuparnos por ellos. Esto, dice Maimónides, es un “fenómeno natural.”

Esta diferencia fundamental entre entendimiento natural y sobrenatural del judaísmo se desarrolla durante muchas eras de la historia judía: sabios contra sacerdotes, filósofos contra místicos, Rabí Ishmael contra Rabí Akiva, Maimónides en contradicción con Iehuda HaLevi, y así hasta el día de hoy.

Es importante darse cuenta que no todos los enfoques a la fe religiosa en el judaísmo presuponen eventos sobrenaturales – eventos, por así decir, que no pueden ser explicados dentro de los parámetros de la ciencia, entendida ampliamente. Dios está más allá del universo, pero Sus acciones dentro del universo pueden estar, sin embargo, dentro de las leyes naturales y la causalidad.[1]

En esta visión, el rezo cambia el mundo porque nos cambia a nosotros. La Torá tiene el poder de transformar la sociedad, no a través de milagros, sino a través de efectos que son completamente explicables en términos de teoría política y ciencias sociales. Este no es el único enfoque del judaísmo, pero es el de Maimónides, y sigue siendo una de las dos grandes formas de comprender nuestra fe.


[1] Para un estudio más amplio de los enfoques contrastantes de eventos como naturales o sobrenaturales, puedes remitirte al ensayo que el Rabino Sacks escribió acerca de parashat Beshalaj, compartido nuevamente este año: https://rabbisacks.org/convenio-conversacion/el-poder-del-ruaj/


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  1. ¿Cómo crees que funcionaban las ciudades refugio en las sociedades tempranas?
  2. ¿Qué ejemplos actuales de lugares o sistemas que protegen a las personas y mantienen la justicia?
  3. ¿Por qué es importante tener diferentes interpretaciones y perspectivas dentro de una religión o un sistema de creencias?

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