Al comenzar la lectura del quinto y último libro de la Torá, quisiera discutir tres temas. El primero, ¿por qué motivo el libro de Devarim tiene la estructura que presenta: una mezcla de historia, ley, recuerdo y anticipación?
Los estudiosos sabían que Devarim tenía una estructura definida. En otras secciones de la Torá los rabinos utilizaron el principio de semijuthaparshiot – que significa que se puede aprender algo por el hecho de que el pasaje “Y” ocurre inmediatamente después del pasaje “X”. Otros, sin embargo, no lo adoptaron porque hay una regla, ein mukdam umuajar ba Torá, o sea, que la Torá no siempre sigue una secuencia estrictamente cronológica. Por lo tanto no podemos asignar en todos los casos un significado determinado al hecho de que los pasajes estén en la secuencia en que se encuentran. Pero todos concuerdan en que hay un ordenamiento preciso y una estructura en el libro de Devarim.[1] ¿Pero cuál es ese orden?
Segundo: los sabios llamaron originariamente a Devarim, Mishné Torá, que significa “segunda ley”. De ahí el origen del nombre latino “Deuteronomio”, que significa precisamente eso, segunda ley. Pero ¿cuál es el sentido de que Devarim sea una segunda ley? Algunas de las leyes que Moshé establece en el libro han aparecido anteriormente, otras no. ¿Es una repetición de las leyes que Moshé recibió en el Sinaí y en la Tienda de Reunión? ¿Es algo nuevo? ¿Cuál es el significado exacto de Mishné Torá?
Tercero: ¿qué hace este libro aquí? Representa los discursos dados por Moshé en su último mes de vida destinados a la generación que cruzaría el Jordán para entrar a la Tierra Prometida. ¿Por qué motivo está incluído en la Torá? Si la Torá fuera un libro de historia, tendríamos que proceder directamente desde el final de Bamidbar, el arribo de los israelitas al margen del Jordán, al libro de Yehoshúa, cuando cruzaron el río y comenzaron la conquista de la tierra. Si la Torá fuera un libro de leyes, Devarim debería ser una recopilación de leyes sin toda la reminiscencia histórica ni la profecía que contiene. ¿Qué clase de libro es Devarim y qué importancia tiene dentro de la Torá en su totalidad?
Descubrimientos arqueológicos relativamente recientes han arrojado nueva luz sobre estas cuestiones. Son registros grabados de tratados antiguos entre pueblos vecinos. Entre ellos están la “Estela de los Buitres” que conmemora la victoria de Eannatum, rey de Lagash en el sur de la Mesopotamia contra el pueblo de Umma y la de Naram-Sin, rey de Kish y Akkad contra el rey de Elam. Ambos datan del tercer milenio antes de la era común o sea, antes de la época de Abraham.
Los tratados eran de dos tipos: entre partes de poder aproximadamente equivalentes (“tratados de paridad”), y los que eran entre uno poderoso (precursor de la idea moderna de la superpotencia) y uno débil. Estos últimos se conocían como “tratados de soberanía”, indicando la soberanía del poder dominante en una región en particular.
Otro nombre para tratado es naturalmente, brit, pacto, y ahora comprendemos su importancia para el entendimiento del judaísmo. El pacto era la estructura básica de los tratados del Medio Oriente antiguo entre fuerzas vecinas. Abraham, por ejemplo, hizo un brit con Abimelej, rey de Gerar, en Beersheva (Gén. 21: 27-32). También lo hicieron Itzjak (Gén. 26:28) y Yaakov con Laban (Gén. 31: 44-54).
Lo que muestran los tratados recientemente descubiertos es la forma detallada de los pactos antiguos. Tenían seis partes. [1] Comenzaban con un preámbulo, estableciendo la identidad de las personas o de los pueblos que iniciaban el pacto. [2] Seguía un prólogo acerca de la relación histórica entre las partes. Continuaba con [3] el enunciado del pacto en sí, las estipulaciones, que frecuentemente se presentaban en dos formas: a) principios generales y b) el detalle de las previsiones.
Luego [4] figuraba el lugar sagrado en que debía depositarse el texto, para ser leído en forma periódica. En [5] se estipulaban las sanciones, es decir las bendiciones por su cumplimiento y las maldiciones en caso de ruptura. Por último [6] se mencionan los testigos del pacto, generalmente los dioses de los pueblos involucrados.
Todo el libro de Devarim está estructurado como un pacto extendido, precisamente sobre estas bases. Esta es la forma en que se presenta:
1
Preámbulo
Devarim 1:1- 1:5
Anuncia el lugar, el tiempo y la persona que inicia el pacto: Moshé por cuenta de Dios.
2
Prólogo histórico
Devarim 1:6 – 4:49
Moshé recapitula la historia que los ha llevado a donde están. Principalmente recordando los eventos descritos en el libro de Bamidbar.
3
Estipulaciones
a) cap. 5-11.
a) temas generales: los Diez Mandamientos, la Shemá, etc. Recapitulación de eventos relacionados con la construcción del Pacto de Sinaí.
b) cap. 12-26.
b) temas específicos: los detalles de la ley, con especial referencia a cómo debe ser aplicada por el pueblo en su totalidad en la tierra de Israel.
4
Declaración y lectura periódica
Devarim 27,31
La Ley debe estar escrita en una tabla de piedra (estela) en el monte Ebal; la Torá escrita por Moshé y colocada en el Arca, para ser leída en público por el rey en asamblea nacional cada siete años.
5
Sanciones
Devarim 28
El capítulo 28 establece bendiciones y maldiciones. Los capítulos 29 y 30 la renovación del pacto, junto con una declaración de que si el pueblo rompe el pacto y las maldiciones se concretan, el retorno, teshuvá, es aún factible.
6
Testigos
Devarim 30:19-32:1
“El cielo y la tierra” (4:26, 30:19, 31:28, 32:1), “Esta canción” (31:19)
En otras palabras, además de la canción de Moshé y la bendición a las tribus, con la cual finaliza la vida de Moshé, todo el libro de Devarim es un pacto a escala monumental. Vemos ahora la extraordinaria naturaleza del libro. Ha tomado una fórmula política antigua y la ha utilizado para una finalidad totalmente nueva.
Lo que es particularmente singular del pacto del judaísmo es, primero, que una de las partes es Dios mismo. Eso sería incomprensible para los pueblos vecinos de Israel y sigue siendo extraordinario al día de hoy. La idea de que Dios pueda unirse a seres humanos, uniendo Su destino al de ellos, haciéndolos Sus embajadores – Sus “testigos” – ante el mundo, es aún en la actualidad, radical y desafiante.
Segundo, la otra parte del pacto no es, como en el mundo antiguo, el rey o el gobernante de la nación en cuestión, sino el pueblo en su totalidad. Cada israelita, tal como vimos en Éxodo 19 y 24 y a través de Deuteronomio, es parte del pacto, y co-responsable con todo el pueblo para ser cumplido.
De aquí se desprende la idea de que kol Israel arevin zé lazé, “todos los judíos son responsables el uno por el otro”, así como el concepto norteamericano muy posterior de “Nosotros, el pueblo”. Esta transformación significa que cada judío debía conocer la ley y enseñarla a sus hijos. Cada judío debía conocer la historia de su pueblo, recitarla en Pésaj, y al traer los primeros frutos a Jerusalem.
Esta es la política del pacto, una forma de estructura política única, basada no en el poder jerárquico sino en un sentido compartido de la historia y el destino. Es una política moral, dedicada a la creación de una sociedad justa y benigna que honra la dignidad de todos, especialmente la de los necesitados, los pobres, los marginales y los desposeídos: la viuda, el huérfano y el extranjero.
La estructura del libro ahora está clara. Sigue precisamente el formato de los tratados de soberanía del mundo antiguo, pero desde el punto de vista religioso, es único. Porque significa que Dios ha tomado una nación entera para ser Su “socio en la tarea de la creación”, mostrando a toda la humanidad lo que significa construir una sociedad que honra a cada individuo como a la imagen de Dios.
Ahora comprendemos el significado de Mishné Torá. Quiere decir que este libro es una “copia” del pacto entre Dios y su pueblo, ocurrido en el Sinaí, renovado en la ribera del Jordán, y nuevamente confirmado en los momentos significativos de la historia judía. Es el registro escrito del pacto, así como la ketubá es el registro escrito de las obligaciones del marido hacia su esposa.
Ahora también comprendemos el lugar del libro de Devarim con respecto al Tanaj. Es el eje alrededor del cual gira toda la historia judía. Si la generación que salió de Egipto hubiera tenido la fe y el coraje de entrar en la Tierra Prometida, toda la historia judía habría girado alrededor de la revelación del Sinaí. Pero el hecho es que el episodio de los espías reveló que esa generación no tenía el espíritu necesario. Por lo tanto, el momento crítico surgió en la generación siguiente, cuando Moshé, al final de sus días, renovó el pacto con ella como condición de heredar la tierra. Los cuatro libros anteriores de la Torá llevaron a este momento, y todos los demás libros del Tanaj son sus comentarios – un registro de lo que aconteció a lo largo del tiempo. Devarim es el libro del pacto, el núcleo central de la teología judía, y el proyecto que define es único. Porque aspira nada menos que a la construcción de una sociedad que moralizaría a sus integrantes, inspiraría a otros, y serviría como ejemplo al que podría aspirar toda la humanidad, si adorara al Dios único que nos creó a todos a Su imagen.
[1] Esto es discutido en la Guemará, ver Berajot 21b.
¿Por qué Devarim mezcla historia, leyes y discursos y cómo puede ayudar esto a los israelitas?
¿Por qué es importante que cada uno de los israelitas sea parte de este pacto único en Devarim?
¿En qué forma impacta el concepto de “todos los judios son responsables el uno por el otro” el comportamiento de la comunidad? ¿Puedes dar un ejemplo?
El libro del pacto
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Al comenzar la lectura del quinto y último libro de la Torá, quisiera discutir tres temas. El primero, ¿por qué motivo el libro de Devarim tiene la estructura que presenta: una mezcla de historia, ley, recuerdo y anticipación?
Los estudiosos sabían que Devarim tenía una estructura definida. En otras secciones de la Torá los rabinos utilizaron el principio de semijut haparshiot – que significa que se puede aprender algo por el hecho de que el pasaje “Y” ocurre inmediatamente después del pasaje “X”. Otros, sin embargo, no lo adoptaron porque hay una regla, ein mukdam umuajar ba Torá, o sea, que la Torá no siempre sigue una secuencia estrictamente cronológica. Por lo tanto no podemos asignar en todos los casos un significado determinado al hecho de que los pasajes estén en la secuencia en que se encuentran. Pero todos concuerdan en que hay un ordenamiento preciso y una estructura en el libro de Devarim.[1] ¿Pero cuál es ese orden?
Segundo: los sabios llamaron originariamente a Devarim, Mishné Torá, que significa “segunda ley”. De ahí el origen del nombre latino “Deuteronomio”, que significa precisamente eso, segunda ley. Pero ¿cuál es el sentido de que Devarim sea una segunda ley? Algunas de las leyes que Moshé establece en el libro han aparecido anteriormente, otras no. ¿Es una repetición de las leyes que Moshé recibió en el Sinaí y en la Tienda de Reunión? ¿Es algo nuevo? ¿Cuál es el significado exacto de Mishné Torá?
Tercero: ¿qué hace este libro aquí? Representa los discursos dados por Moshé en su último mes de vida destinados a la generación que cruzaría el Jordán para entrar a la Tierra Prometida. ¿Por qué motivo está incluído en la Torá? Si la Torá fuera un libro de historia, tendríamos que proceder directamente desde el final de Bamidbar, el arribo de los israelitas al margen del Jordán, al libro de Yehoshúa, cuando cruzaron el río y comenzaron la conquista de la tierra. Si la Torá fuera un libro de leyes, Devarim debería ser una recopilación de leyes sin toda la reminiscencia histórica ni la profecía que contiene. ¿Qué clase de libro es Devarim y qué importancia tiene dentro de la Torá en su totalidad?
Descubrimientos arqueológicos relativamente recientes han arrojado nueva luz sobre estas cuestiones. Son registros grabados de tratados antiguos entre pueblos vecinos. Entre ellos están la “Estela de los Buitres” que conmemora la victoria de Eannatum, rey de Lagash en el sur de la Mesopotamia contra el pueblo de Umma y la de Naram-Sin, rey de Kish y Akkad contra el rey de Elam. Ambos datan del tercer milenio antes de la era común o sea, antes de la época de Abraham.
Los tratados eran de dos tipos: entre partes de poder aproximadamente equivalentes (“tratados de paridad”), y los que eran entre uno poderoso (precursor de la idea moderna de la superpotencia) y uno débil. Estos últimos se conocían como “tratados de soberanía”, indicando la soberanía del poder dominante en una región en particular.
Otro nombre para tratado es naturalmente, brit, pacto, y ahora comprendemos su importancia para el entendimiento del judaísmo. El pacto era la estructura básica de los tratados del Medio Oriente antiguo entre fuerzas vecinas. Abraham, por ejemplo, hizo un brit con Abimelej, rey de Gerar, en Beersheva (Gén. 21: 27-32). También lo hicieron Itzjak (Gén. 26:28) y Yaakov con Laban (Gén. 31: 44-54).
Lo que muestran los tratados recientemente descubiertos es la forma detallada de los pactos antiguos. Tenían seis partes. [1] Comenzaban con un preámbulo, estableciendo la identidad de las personas o de los pueblos que iniciaban el pacto. [2] Seguía un prólogo acerca de la relación histórica entre las partes. Continuaba con [3] el enunciado del pacto en sí, las estipulaciones, que frecuentemente se presentaban en dos formas: a) principios generales y b) el detalle de las previsiones.
Luego [4] figuraba el lugar sagrado en que debía depositarse el texto, para ser leído en forma periódica. En [5] se estipulaban las sanciones, es decir las bendiciones por su cumplimiento y las maldiciones en caso de ruptura. Por último [6] se mencionan los testigos del pacto, generalmente los dioses de los pueblos involucrados.
Todo el libro de Devarim está estructurado como un pacto extendido, precisamente sobre estas bases. Esta es la forma en que se presenta:
En otras palabras, además de la canción de Moshé y la bendición a las tribus, con la cual finaliza la vida de Moshé, todo el libro de Devarim es un pacto a escala monumental. Vemos ahora la extraordinaria naturaleza del libro. Ha tomado una fórmula política antigua y la ha utilizado para una finalidad totalmente nueva.
Lo que es particularmente singular del pacto del judaísmo es, primero, que una de las partes es Dios mismo. Eso sería incomprensible para los pueblos vecinos de Israel y sigue siendo extraordinario al día de hoy. La idea de que Dios pueda unirse a seres humanos, uniendo Su destino al de ellos, haciéndolos Sus embajadores – Sus “testigos” – ante el mundo, es aún en la actualidad, radical y desafiante.
Segundo, la otra parte del pacto no es, como en el mundo antiguo, el rey o el gobernante de la nación en cuestión, sino el pueblo en su totalidad. Cada israelita, tal como vimos en Éxodo 19 y 24 y a través de Deuteronomio, es parte del pacto, y co-responsable con todo el pueblo para ser cumplido.
De aquí se desprende la idea de que kol Israel arevin zé lazé, “todos los judíos son responsables el uno por el otro”, así como el concepto norteamericano muy posterior de “Nosotros, el pueblo”. Esta transformación significa que cada judío debía conocer la ley y enseñarla a sus hijos. Cada judío debía conocer la historia de su pueblo, recitarla en Pésaj, y al traer los primeros frutos a Jerusalem.
Esta es la política del pacto, una forma de estructura política única, basada no en el poder jerárquico sino en un sentido compartido de la historia y el destino. Es una política moral, dedicada a la creación de una sociedad justa y benigna que honra la dignidad de todos, especialmente la de los necesitados, los pobres, los marginales y los desposeídos: la viuda, el huérfano y el extranjero.
La estructura del libro ahora está clara. Sigue precisamente el formato de los tratados de soberanía del mundo antiguo, pero desde el punto de vista religioso, es único. Porque significa que Dios ha tomado una nación entera para ser Su “socio en la tarea de la creación”, mostrando a toda la humanidad lo que significa construir una sociedad que honra a cada individuo como a la imagen de Dios.
Ahora comprendemos el significado de Mishné Torá. Quiere decir que este libro es una “copia” del pacto entre Dios y su pueblo, ocurrido en el Sinaí, renovado en la ribera del Jordán, y nuevamente confirmado en los momentos significativos de la historia judía. Es el registro escrito del pacto, así como la ketubá es el registro escrito de las obligaciones del marido hacia su esposa.
Ahora también comprendemos el lugar del libro de Devarim con respecto al Tanaj. Es el eje alrededor del cual gira toda la historia judía. Si la generación que salió de Egipto hubiera tenido la fe y el coraje de entrar en la Tierra Prometida, toda la historia judía habría girado alrededor de la revelación del Sinaí. Pero el hecho es que el episodio de los espías reveló que esa generación no tenía el espíritu necesario. Por lo tanto, el momento crítico surgió en la generación siguiente, cuando Moshé, al final de sus días, renovó el pacto con ella como condición de heredar la tierra. Los cuatro libros anteriores de la Torá llevaron a este momento, y todos los demás libros del Tanaj son sus comentarios – un registro de lo que aconteció a lo largo del tiempo. Devarim es el libro del pacto, el núcleo central de la teología judía, y el proyecto que define es único. Porque aspira nada menos que a la construcción de una sociedad que moralizaría a sus integrantes, inspiraría a otros, y serviría como ejemplo al que podría aspirar toda la humanidad, si adorara al Dios único que nos creó a todos a Su imagen.
[1] Esto es discutido en la Guemará, ver Berajot 21b.
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