Espontaneidad: ¿buena o mala?

פרשת שמיני

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Sheminí cuenta la trágica historia de cómo la inauguración del Tabernáculo, un día acerca del cual los sabios dicen que Dios se regocijo tanto como en el día en que Él creó el universo, se vio ensombrecido por la muerte de dos de los hijos de Aharon, Nadav y Avihu:

Los hijos de Aarón, Nadav y Avihu tomaron cada cual su incensario y pusieron en ellos fuego sobre el cual colocaron el incienso; y ofrecieron un fuego no autorizado ante el Señor, que Él no les había ordenado. Salió un fuego de la Presencia del Señor y los consumió, y ellos murieron ante el Señor.

Lev. 10:1-2

Muchas explicaciones fueron dadas por los Sabios y los comentaristas posteriores acerca de cuál fue realmente el pecado de Nadav y Avihu. Pero la respuesta más simple, dada por la Torá aquí y en otros lugares (Núm. 3:4, 26:61), es que ellos actuaron por iniciativa propia. Hicieron aquello que no les fue ordenado. Actuaron espontáneamente, quizás debido al entusiasmo causado por el sentimiento del momento, ofreciendo un “fuego no autorizado”. Evidentemente es peligroso actuar espontáneamente en temas espirituales.

Pero, ¿es tan así? Moshé actuó espontáneamente en circunstancias mucho más tensas cuando destruyó las Tablas de Piedra al ver a los israelitas danzando aprender del Becerro de Oro. Las tabletas, talladas y grabadas por el Propio Dios, eran quizás los objetos más sagrados que hayan existido. Sin embargo, Moshé no fue castigado por este acto. Los sabios dijeron que a pesar de que actuó por cuenta propia sin consultar primero a Dios, Dios consintió este acto. Rashi se refiere a este momento en su último comentario a la Torá, cuyo último versículo (Deut. 34:12) habla acerca de “todo el poder fuerte y para toda la manifestación asombrosa,que había hecho Moshé ante los ojos de todo Israel”:

לעיני כל ישראל: שנשאו לבו לשבור הלוחות לעיניהם, שנאמר (לעיל ט,יז) ואשברם לעיניכם, והסכימה דעת הקב׳׳ה לדעתו, שנאמר (שמות לד, א) אשר שברת, יישר כחך ששברת:

[Esto se refiere a cuando Moshe] se tomó la libertad de destruir las tabletas ante sus ojos, como está dicho, “Las destruí ante sus ojos”. El Santo, Bendito Sea, consintió con su opinión, como está dicho, “que tu destruiste” - ‘Más poder para ti por destruirlas!’

Entonces, ¿por qué estaba mal la espontaneidad para Nadav y Avihu, pero no para Moshé Rabenu? La respuesta es que Nadav y Avihu eran kohanim, sacerdotes. Moshé era un naví, un profeta. Estas son dos formas diferentes de liderazgo religioso. Requieren diferentes tareas, diferentes sensibilidades, y ciertamente diferentes enfoques del propio tiempo.

El cohen sirve a Dios en una forma que no cambia nunca a lo largo del tiempo (excepto, claro está, cuando el Templo fue destruido y el servicio, liderado por los cohanim, llegó a su fin). El profeta sirve a Dios en una forma que cambia constantemente a lo largo del tiempo. Cuando el pueblo está demasiado a gusto, el profeta advierte acerca de la catástrofe inminente. Cuando sufren una catástrofe y están en las profundidades de la desesperanza, el profeta trae consuelo y esperanza.

Las palabras pronunciadas por el cohen son siempre las mismas. La bendición sacerdotal usa las mismas palabras hoy que las que usaba en el tiempo de Moshe y Aaron. Pero las palabras usadas por un profeta nunca son las mismas. Como está escrito:

“No existen dos profetas que usen el mismo estilo.”

Sanedrín 89a

Por lo tanto, para un profeta la espontaneidad es esencial. Pero para el cohen ocupado en el servicio Divino está completamente fuera de lugar.

¿Por qué la diferencia? Después de todo, el Sacerdote y el Profeta estaban sirviendo al mismo Dios. La Torá usa un tipo de dispositivo que recientemente hemos reinventado en una forma un tanto diferente. El sonido estereofónico, sonido que proviene de dos bocinas diferentes, fue desarrollado en la década de 1930 para dar la impresión de perspectiva audible. En los años 1950 las películas en tres dimensiones fueron desarrolladas para hacer a la vista lo que el sonido estéreo hizo para el oído. Desde el trabajo de Pierre Broca en la década de 1860 hasta hoy, usando resonancias magnéticas y escáner TEP, los neurocientíficos se han esforzado por comprender cómo nuestro cerebro bicameral nos permite responder más inteligentemente a nuestro ambiente de lo que hubiera sido posible de otros modos. Las perspectivas gemelas son necesarias para experimentar la realidad en forma completa.

Las perspectivas duales del sacerdote y el profeta se corresponden a las perspectivas duales de la creación representadas, respectivamente, por Génesis 1:1-2:3 (pronunciadas en la voz sacerdotal, con una énfasis en el orden, la estructura, divisiones y limites), y Génesis 2:4-3:24 (pronunciada en la voz profética, con énfasis en los matices y las dinámicas de las relaciones interpersonales).

Consideremos ahora otra área en la que hubo una discusión continua entre estructura y espontaneidad, a saber la tefilá, el rezo, específicamente la amidá. Sabemos que después de la destrucción del Templo, Rabán Gamliel y su corte en Yavne establecieron un texto estándar para la amidá de los días de semana, compuesta de dieciocho o más adelante diecinueve bendiciones en un orden preciso (Mishná Berajot 4:3).

Sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo. Rabí Iehoshúa sostenía que los individuos podían recitar una forma resumida de la amidá. Según algunas interpretaciones, Rabí Eliezer se opuso completamente a un texto fijo y sostenía que uno debe, cada día, decir algo nuevo (Yerushalmi Berajot 4).

Parece ser que este desacuerdo es un paralelo preciso a otro desacuerdo acerca de la fuente de los rezos diarios:

Fue dicho: R. Jose, hijo de R. Janina dijo: Los rezos fueron instituidos por los Patriarcas. R. Iehoshúa b. Levi dijo: Los rezos fueron instituidos para reemplazar los sacrificios diarios. (Berajot 26b)

Según R. Jose, hijo de R. Janina, Shajarit fue establecido por Abraham, Minjá por Itzjak, y Maariv por Yaakov. Según R. Iehoshúa b. Levi, Shajarit corresponde al sacrificio matutino, y Minjá al sacrificio vespertino. Aparentemente, el desacuerdo no tiene consecuencias prácticas, pero de hecho si lo tiene.

Si los rezos fueron establecidos por los Patriarcas, entonces su origen es profético. Si fueron establecidos en reemplazo de los sacrificios, su procedencia es sacerdotal. A los sacerdotes les estaba prohibido actuar espontáneamente, pero los profetas lo hacían como algo natural. Quien considerara al rezo como algo sacerdotal, como Rabán Gamliel, habría de enfatizar la importancia de un texto preciso. Aquel que lo viera como algo profético, como Rabí Eliezer según el Talmud Yerushalmi, valoraría la espontaneidad y cada día intentaría decir algo nuevo.

La tradición resolvió el asunto de una manera asombrosa. Decimos cada amidá dos veces, una en forma privada y silenciosa según la tradición de los profetas, y a continuación una segunda vez pública y colectivamente por el sheliaj tzibur, la “repetición del lector”, de acuerdo a la tradición de un sacerdote ofreciendo un sacrificio en el Templo. (Es fácil comprender por qué no se hace una repetición en el servicio Maariv: no había sacrificios durante la noche). Durante la amidá silenciosa se nos permite agregar nuestras propias palabras adicionales. Durante la repetición no. Esto es porque los profetas actuaban espontáneamente, pero los sacerdotes no.

La tragedia de Nadav y Avihu es que ellos cometieron el error de comportarse como profetas cuando eran, de hecho, sacerdotes. Pero hemos heredado ambas tradiciones, y en forma muy sabia, ya que sin estructura el judaísmo no tendría continuidad, pero sin espontaneidad no tendría una vida renovada. El desafío es mantener el balance sin confundir el lugar de cada uno.


questions spanish table 5783 preguntas paea la mesa de shabat
  1. ¿Puedes pensar en un momento en el que la espontaneidad sea importante en tu vida?
  2. Considerando el “entusiasmo” fuera de lugar de Nadav y Avihu, ¿existe un momento en el que tengamos que contener nuestras expresiones de emoción?
  3. ¿Cuales son otros ejemplos de “korbanot que salieron mal” en la Torá?