La espiritualidad de la canción
Family Edition

Music spirituality POST
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La paracha en bref

Ce résumé est adapté de l’essai principal de cette semaine par Rabbi Sacks, disponible ici: www.rabbisacks.org/covenant-conversation/haazinu/la-espiritualidad-de-la-cancion.

Con Haazinu nos elevamos a una de las cimas de la espiritualidad judía. Durante un mes Moshé instruyó al pueblo. Les habló de su historia, de su destino, y de las leyes que adoptaría esa sociedad única de personas, ligadas por el pacto entre ellos y con Dios. Su último acto sería la bendición al pueblo, tribu por tribu. Pero antes de ello debía hacer una cosa más: resumir su mensaje profético de tal manera que el pueblo lo pudiera recordar siempre y ser inspirado por él. Sabía que la mejor forma de hacerlo era con música. Por eso, lo último que hizo Moshé antes de dar la bendición final fue enseñarles una canción.

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Muchos textos bíblicos hablan del poder de la música para recomponer el alma. Cuando Saúl estaba deprimido, David le tocaba el arpa y su espíritu se restauraba. David mismo era conocido como “el dulce cantante de Israel”. El profeta Elisha llamó al arpista para que el espíritu profético pudiera posarse en él. Los Levíim cantaban en el Templo. En el judaísmo todos los días comenzamos los rezos  matinales con Pesuké de Zimrá, los ‘Versos del Canto’ con su magnífico crescendo en que los instrumentos y la voz humana se combinan para cantar alabanzas a Dios.

Cada texto y cada momento tienen, en el judaísmo, su propia melodía. Por eso, cuando rezamos, no leemos: cantamos. Cuando abordamos los textos sagrados, no los recitamos: cantamos. Hay diferentes melodías para shajarit, minjá y maariv, los rezos de la mañana, la tarde y el atardecer. Hay melodías y modos distintos para los rezos de un día de semana, de un Shabat, de las tres festividades de peregrinación, Pésaj, Shavuot y Sucot  (que musicalmente tienen muchas cosas en común pero canciones particulares para cada una), y para los Iamim Noraim, Rosh Hashaná y Iom Kipur. Los textos judaicos y los tiempos no se clasifican por código de colores sino por código de música. El mapa de las palabras sagradas está escrito en melodías y canciones.

La música tiene el extraordinario poder de evocar emociones. El rezo de Kol Nidre con el que comienza Iom Kipur no es en realidad un rezo. Es una fría forma legal para la anulación de los votos. Pero su melodía antigua, obsesionante, es la que lo ha engarzado en la imaginación judía. Es difícil escuchar esas notas y no sentir que estás en  presencia de Dios en el Día del Juicio, de pie en compañía de judíos de todos los tiempos y latitudes mientras rogaban al cielo por el perdón. Es el santo de los santos del alma judía.

Ni es posible en Tisha Be Av, leyendo Eija, el libro de las Lamentaciones, con su particular cantilación, no sentir las lágrimas de los judíos que a través de los tiempos sufrieron por su fe y lloraron mientras recordaban lo perdido, el dolor tan presente en esa instancia como el del día de la destrucción del Templo.

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Las palabras sin música son como cuerpo sin alma. La música es una forma de sentir continuidad que puede, a veces, sobrepasar las más poderosas desconexiones en nuestra experiencia del tiempo.

Hace muchos años, observé a un maestro explicando a niños jóvenes la diferencia entre la posesión física y la espiritual. Les hizo construir una maqueta de Jerusalem en papel, y les puso una cinta (era la época de los  grabadores de cinta) con una canción sobre Jerusalem que les había enseñado en clase. Al final de la misma hizo algo dramático: Destruyó la maqueta y destrozó la cinta. Les preguntó a los niños: “¿Tenemos la maqueta?” Le contestaron “No.” “¿Y tenemos la canción?” Contestaron “Si.”

Perdemos las posesiones físicas, pero no las espirituales. Perdimos físicamente a Moshé, pero aún nos queda la canción.


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  1. ¿Crees que la música tiene un rol tan importante en el judaísmo?
  2. ¿Estas melodías y canciones, que forman parte de nuestros ritos y plegarias, te hablan particularmente a tí?
  3. ¿Cómo podemos asegurarnos de no perder esta canción?

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UNE HISTOIRE POUR CHABBATH

Un alma sedienta de Dios

Por Dan Sacker

Este Shabat es Shabat Shubá, donde nos encontramos entre Rosh Hashaná y Iom Kipur. No importa cuán involucrados – o no involucrados – estemos con nuestro judaísmo durante el año, hay algo espiritual y poderoso acerca de las melodías de los Iamim Noraim, las Altas Fiestas. Son el ejemplo perfecto de cómo, como escribe el Rabino Sacks, “cuando el lenguaje aspira a lo trascendente, y el alma anhela liberarse de la fuerza de atracción de la tierra, se convierte en canción.”

Por muchos años, el Rabino Sacks ofició en el servicio de Selijot coral de medianoche en Londres. El shul, lleno de gente, quedaba en silencio mientras daba su poderosa drashá (sermón) pre-Selijot, en el que desafiaba, motivaba y alentaba a todos los que se encontraban allí. A continuación, cuando las encantadoras y hermosas melodías del Coro Shabaton llenaban el shul, el Rabino Sacks se sumergía completamente en las plegarias, ojos cerrados, puños cerrados, cantando, alentando a la congregación con una intensidad, una pasión y una kavaná (concentración) sin igual. Sólo verlo rezar era tan inspirador como la música misma.

Antes del servicio, el Rabino Sacks siempre pasaba tiempo con los coristas, elevándolos y motivándolos, recordándoles como “la música tiene un poder extraordinario para evocar las emociones.” La música lo inspiraba de muchas formas, pero hablaba con más pasión acerca de su poder para mejorar nuestras tefilot. “Dios es el compositor y el libretista”, escribe, “[y] cada uno de nosotros es llamado a ser una voz en el coro, cantantes de la canción de Dios.” Él realmente creía esto.

No es coincidencia, por lo tanto, que una línea del libro de Tehilim esté grabada en la piedra que marca el último lugar de descanso del Rabino Sacks, dice tzama lejá nafshi  – “mi alma está sedienta de tí”. Su alma fue una de las más sedientas de Dios – y se acercó a Él, e inspiró a otros a hacer lo mismo, no sólo con palabras, también en canción.

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Dan Sacker trabajó muy cerca al Rabino Sacks por diez años, fue co-director de su oficina privada, y fue instrumental en el establecimiento de The Rabbi Sacks Legacy. Ahora es Director en la firma global de consultoría Milltown Partners.

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UN REGARD PLUS PROFOND

Dan Sacker comparte algunas de las ideas más profundas que aprendió del Rabino Sacks.

¿Qué idea de la pieza de esta semana crees que es el principal mensaje?

El Rabino Sacks encontró inspiración en la música como una forma de conectarse con Hashem. ¡Pero era el primero en decir que la música no es el único camino! Para algunos puede ser la música y la tefilá. Para otros, puede ser la cultura judía, la comida, la familia, Israel, u otra cosa. El desafío que nos propone el Rabino Sacks es identificar los elementos de nuestro judaísmo o vida judía que nos inspiran. Al hacerlo, podemos reconocer que: “La fe es la habilidad de escuchar la música por debajo del ruido.”

Al concluir el ciclo de Convenio y Conversación de este año, estamos pensando en ‘¿Qué sigue?’¿Cuál es tu desafío para nosotros?

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En forma conmovedora, el Rabino Sacks finaliza la pieza de esta semana escribiendo: “Perdemos las posesiones físicas, pero no las espirituales. Perdimos físicamente a Moshé, pero aún nos queda la canción.” La pérdida física del Rabino Sacks, demasiado pronto, tuvo un gran impacto en mucha gente en todo el mundo judío y más allá, en aquel momento y ahora. Sin embargo, lo que esta fantástica serie ha demostrado, con sus varios colaboradores semanales, es cuán significativamente la canción del Rabino Sacks – sus enseñanzas, tanto judías como seculares – continúan resonando e inspirando. Aquellos de nosotros que tuvimos el privilegio de vivir junto a él ahora tenemos la responsabilidad de compartir sus enseñanzas y su sabiduría a las generaciones futuras.

Su canción es nuestra. Deseo que podamos seguir cantándola y enseñándola por muchas generaciones más.


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Infos Torah

Q: ¿Qué palabra es un nombre en una canción de la Torá, parte del título de una canción de Shabat, y también parte del título de una canción de Jánuca?

Pista: La canción es Haazinu.

Adapté de Torah IQ par David Woolf, une collection de 1500 devinettes sur la Torah, disponible dans le monde entier sur Amazon.

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Guide éducatif

Infos Torah: la réponse de cette semaine

La palabra es “tzur”, que significa “roca”. Es el nombre dado a Hashem en parashat Haazinu (Ver Devarim 32:4). Es la primera palabra de la canción Tzur Mishelo, un zemer (canción) que se canta habitualmente en la mesa de Shabat el viernes por la noche. Y es la segunda palabra en la canción Maoz Tzur, que cantamos cuando se encienden las velas de Jánuca.

Covenant & Conversation Family Edition

Written as an accompaniment to Rabbi Sacks’ weekly Covenant & Conversation essay, the Family Edition is aimed at connecting teenagers with his ideas and thoughts on the parsha.

With thanks to the Schimmel Family for their generous sponsorship of Covenant & Conversation, dedicated in loving memory of Harry (Chaim) Schimmel.

“I have loved the Torah of R’ Chaim Schimmel ever since I first encountered it. It strives to be not just about truth on the surface but also its connection to a deeper truth beneath. Together with Anna, his remarkable wife of 60 years, they built a life dedicated to love of family, community, and Torah. An extraordinary couple who have moved me beyond measure by the example of their lives.” — Rabbi Sacks


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