Tetzavé, como bien se sabe, es la parashá en la que por una vez Moshé toma el segundo lugar. De hecho, no se lo menciona por nombre en absoluto, y todo el foco está puesto en su hermano, Aarón, y en el rol que ocupará y personificará, el rol de Sumo Sacerdote, el Kohen Gadol.
Hay muchas conjeturas acerca de por qué el rol fue asignado a Aarón y no al propio Moshé, la más obvia es que fue el castigo de Moshé por haber rechazado muchas veces el pedido de Dios de liderar a los israelitas:
Y Moshé dijo, “Perdona a Tú siervo, Señor. Por favor envía a alguien más.”
Y la ira del Señor ardió contra Moshé y Él dijo, “¿Qué hay de tu hermano, Aarón, el levita? Yo sé que él puede hablar bien. Él ya se encuentra en camino a encontrarse contigo, y estará feliz de verte. Deberás hablar con él y poner palabras en su boca; Yo los ayudaré a ambos a hablar y les enseñaré qué hacer. Él hablará al pueblo por tí, él será tu orador, y tú serás su guía.
Éx. 4:13-16
Existe, sin embargo, un mensaje más profundo, el principio de separación de poderes, que se contrapone a la concentración de liderazgo en una única persona o institución. Toda autoridad humana requiere controles y balances si quiere permanecer incorrupta. En particular, el liderazgo político y el religioso, keter maljut y keter kehuná, nunca deben combinarse. Moshé vistió las coronas del liderazgo político y profético, Aarón la del sacerdocio. La división les permitió al uno ser el control del otro.
Esa es la teoría. Lo que es especialmente interesante es cómo funciona en términos de las relaciones personales, en este caso entre los dos hermanos, Moshé y Aarón. La Torá dice relativamente poco acerca de la dinámica familiar, pero las insinuaciones son fascinantes.
Consideremos, primero, el pasaje que hemos visto anteriormente, que se encuentra casi al inicio del libro, cuando Dios le dice a Moshé que Aarón “ya se encuentra en camino a encontrarse contigo y estará feliz de verte.” Estas suenan como palabras simples, pero en realidad están lejos de ser comunes. Moshé era el hermano menor de Aarón, tres años más jóven. Acaso no habría sido natural que Aarón sienta algo más que un poco de envidia por su hermano menor que estaría por convertirse en el líder que él mismo no estaba destinado a ser – cuanto más dado que Moshé no había pasado su vida entre su pueblo. Había sido, primero, un príncipe adoptivo de Egipto, y después se había refugiado con Itró y los midianitas. Comparado con Aarón, Moshé, su hermano menor, era un extraño.
Sin embargo Dios dice “estará feliz de verte”.
La habilidad de Aarón de alegrarse por la elevación de su hermano a la grandeza es particularmente sorprendente al compararla con todas las historias bíblicas de relaciones entre hermanos que hemos visto hasta ahora. Ha sido un conjunto de variaciones sobre el tema de la rivalidad entre hermanos: Caín y Abel, Itzjak e Ishmael, Yaakov y Esav, Yosef y sus hermanos. El Salmo dice:
“Cuán bueno y agradable es para los hermanos vivir juntos.”
Sal. 133:1
Y en respuesta, al leer Bereshit, es probable que agreguemos: “y cuán raro”.
Pero ahora viene la segunda prueba, esta vez no de Aarón sino de Moshé. A Moshé se le ordena crear una forma de liderazgo de la que él nunca podrá ejercer, la del sacerdocio, y que la persona que a la que debe entregársela es su hermano mayor. ¿Puede hacer esto con la misma generosidad de espíritu que demostró su hermano?
Notemos cómo la Torá enfatiza la insistencia de Dios en que sea Moshé el que otorgue este honor a Aarón.
Tres veces la palabra ve-atá, “y tú”, es usada en la parashá:
“Y tú habrás de comandar a los israelitas que te traigan aceite puro” (para la menorá que Aarón y sus hijos habrían de mantener encendida).
Éx. 27:20
“Y tú habrás de acercar a tí a tu hermano Aarón y sus hijos para servirMe como sacerdotes – Aarón y sus hijos Nadav y Avihu, Elazar e Itamar. Has vestimentas sagradas para tu hermano Aarón, para gloria y esplendor.”
Éx. 28:12
“Y tú habrás de hablar a todos los artesanos habilidosos a quienes he imbuido con un espíritu de sabiduría, y pídeles que hagan las vestimentas de Aarón; éstas lo consagrarán para servirMe como sacerdote.”
Éx. 28:3
Moshé debe demostrar al pueblo, y al propio Aarón, que tiene la humildad, el tzimtzum, la capacidad de auto-anulación, necesaria para hacer el espacio requerido para compartir con otra persona el liderazgo del pueblo. Alguien que sus fortalezas no son las suyas, alguien cuyo rol es diferente al propio, alguien que podría ser más popular, más cercano al pueblo, de lo que Moshé es – como de hecho resultó ser Aarón.
Es raro que un líder sea capaz de compartir el centro de atención tan generosamente. En 2005 la historiadora Doris Kearns Goodwin publicó un influyente libro acerca de Abraham Lincoln titulado Team of Rivals (Equipo de Rivales). En él relata la historia de cómo Lincoln nombró en su gabinete a los tres hombres que estaban en contra de él como candidato al liderazgo del partido republicano. William Henry Seaward, de quien se esperaba que sea el ganador, eventualmente dijo de él: “su magnanimidad es casi supra humana… El Presidente es el mejor de todos nosotros.”
Se requiere un tipo especial de carácter para hacer lugar para aquellos que uno tiene derecho a ver como rivales. En forma temprana Aarón demostró ese carácter en relación a Moshé, y ahora Moshé es llamado a demostrarlo hacia Aarón.
El liderazgo real requiere humildad y magnanimidad. Cuanto más pequeño el ego, más grande el líder. Eso es lo que Moshé demostró en la parashá que no menciona su nombre.
Después de aprender de Moshé y Aarón, ¿cuáles crees que son las cualidades que hacen a un buen líder?
¿Cuáles son algunos de los desafíos que pueden surgir de la rivalidad entre hermanos, y cómo podemos superarlos?
Piensa en otras relaciones de hermanos en el Tanaj. ¿Puedes encontrar dinámicas positivas y desafiantes en cada pareja?
Liderazgo significa crear espacio
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Tetzavé, como bien se sabe, es la parashá en la que por una vez Moshé toma el segundo lugar. De hecho, no se lo menciona por nombre en absoluto, y todo el foco está puesto en su hermano, Aarón, y en el rol que ocupará y personificará, el rol de Sumo Sacerdote, el Kohen Gadol.
Hay muchas conjeturas acerca de por qué el rol fue asignado a Aarón y no al propio Moshé, la más obvia es que fue el castigo de Moshé por haber rechazado muchas veces el pedido de Dios de liderar a los israelitas:
Y Moshé dijo, “Perdona a Tú siervo, Señor. Por favor envía a alguien más.”
Existe, sin embargo, un mensaje más profundo, el principio de separación de poderes, que se contrapone a la concentración de liderazgo en una única persona o institución. Toda autoridad humana requiere controles y balances si quiere permanecer incorrupta. En particular, el liderazgo político y el religioso, keter maljut y keter kehuná, nunca deben combinarse. Moshé vistió las coronas del liderazgo político y profético, Aarón la del sacerdocio. La división les permitió al uno ser el control del otro.
Esa es la teoría. Lo que es especialmente interesante es cómo funciona en términos de las relaciones personales, en este caso entre los dos hermanos, Moshé y Aarón. La Torá dice relativamente poco acerca de la dinámica familiar, pero las insinuaciones son fascinantes.
Consideremos, primero, el pasaje que hemos visto anteriormente, que se encuentra casi al inicio del libro, cuando Dios le dice a Moshé que Aarón “ya se encuentra en camino a encontrarse contigo y estará feliz de verte.” Estas suenan como palabras simples, pero en realidad están lejos de ser comunes. Moshé era el hermano menor de Aarón, tres años más jóven. Acaso no habría sido natural que Aarón sienta algo más que un poco de envidia por su hermano menor que estaría por convertirse en el líder que él mismo no estaba destinado a ser – cuanto más dado que Moshé no había pasado su vida entre su pueblo. Había sido, primero, un príncipe adoptivo de Egipto, y después se había refugiado con Itró y los midianitas. Comparado con Aarón, Moshé, su hermano menor, era un extraño.
Sin embargo Dios dice “estará feliz de verte”.
La habilidad de Aarón de alegrarse por la elevación de su hermano a la grandeza es particularmente sorprendente al compararla con todas las historias bíblicas de relaciones entre hermanos que hemos visto hasta ahora. Ha sido un conjunto de variaciones sobre el tema de la rivalidad entre hermanos: Caín y Abel, Itzjak e Ishmael, Yaakov y Esav, Yosef y sus hermanos. El Salmo dice:
Y en respuesta, al leer Bereshit, es probable que agreguemos: “y cuán raro”.
Pero ahora viene la segunda prueba, esta vez no de Aarón sino de Moshé. A Moshé se le ordena crear una forma de liderazgo de la que él nunca podrá ejercer, la del sacerdocio, y que la persona que a la que debe entregársela es su hermano mayor. ¿Puede hacer esto con la misma generosidad de espíritu que demostró su hermano?
Notemos cómo la Torá enfatiza la insistencia de Dios en que sea Moshé el que otorgue este honor a Aarón.
Tres veces la palabra ve-atá, “y tú”, es usada en la parashá:
Moshé debe demostrar al pueblo, y al propio Aarón, que tiene la humildad, el tzimtzum, la capacidad de auto-anulación, necesaria para hacer el espacio requerido para compartir con otra persona el liderazgo del pueblo. Alguien que sus fortalezas no son las suyas, alguien cuyo rol es diferente al propio, alguien que podría ser más popular, más cercano al pueblo, de lo que Moshé es – como de hecho resultó ser Aarón.
Es raro que un líder sea capaz de compartir el centro de atención tan generosamente. En 2005 la historiadora Doris Kearns Goodwin publicó un influyente libro acerca de Abraham Lincoln titulado Team of Rivals (Equipo de Rivales). En él relata la historia de cómo Lincoln nombró en su gabinete a los tres hombres que estaban en contra de él como candidato al liderazgo del partido republicano. William Henry Seaward, de quien se esperaba que sea el ganador, eventualmente dijo de él: “su magnanimidad es casi supra humana… El Presidente es el mejor de todos nosotros.”
Se requiere un tipo especial de carácter para hacer lugar para aquellos que uno tiene derecho a ver como rivales. En forma temprana Aarón demostró ese carácter en relación a Moshé, y ahora Moshé es llamado a demostrarlo hacia Aarón.
El liderazgo real requiere humildad y magnanimidad. Cuanto más pequeño el ego, más grande el líder. Eso es lo que Moshé demostró en la parashá que no menciona su nombre.