El altruismo es la energía renovable del universo
An interview with Jorge Marirrodriga for El Pais magazine
This interview was originally published in El Pais
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Su familia llegó de Polonia a Reino Unido con absolutamente nada “excepto esperanza”. Tal vez esa es una de las razones por las que la madre de Jonathan Sacks reía desde su silla de ruedas el día en que su hijo ingresó en la Cámara de los Lores. Su padre ya había fallecido, pero vivió lo suficiente para verle convertido en rabino jefe del Reino Unido. Eso sí, nada de esto, ni una exitosa carrera como escritor y conferenciante, le libran durante el encuentro con este periódico de someterse a la disciplina de la sesión de fotografías, que él acepta sin oposición. Y es que vivimos en una época donde el medio para transmitir el mensaje es fundamental, aunque reine cierta confusión entre ambos.
“Una encuesta elaborada en Reino Unido entre jóvenes de 18 a 30 años concluyó que cada uno de ellos tiene una media de 237 amigos en Facebook. Pero cuando se les preguntaba en cuántos de esa lista podían confiar verdaderamente, ¿sabe qué cifra quedaba? Dos”, indica Sacks para subrayar el valor de las comunidades, de los ritos y de la religión. El rabino es un destacado protagonista en su país de la polémica entre ciencia y religión. “La religión no es un sustituto de la ciencia, y claro que a lo largo de los siglos ha cometido errores”, recalca este londinense nacido en 1948, adscrito a la rama ortodoxa del judaísmo, cuyas tradiciones utiliza para ejemplificar sus argumentos. “Tenemos el sabath [festividad semanal judía], durante el cual no podemos utilizar aparatos eléctricos… de modo que hay que recurrir a los amigos reales en vez de a los amigos virtuales”.
Vegetariano y apasionado de la música —“no le digo más que he vivido 23 años a la vuelta de Abbey Road… bueno, sí, que la música es más espiritual que las palabras”—, Sacks, que dejó el cargo de rabino jefe en septiembre, acaba de publicar en España varios de sus escritos en los que apuesta, entre otras cosas, por que el hombre moderno deje de pensar solo en sí mismo. “Uno puede tener el último iPhone, un Lamborghini, vivir en la Quinta Avenida… y descubrir que todo eso no tiene sentido. ¿Por qué? Porque todo eso es algo sobre mí y para mí. La felicidad llega cuando yo te doy a ti. Y en ese sentido la religión es sobre ti, es sobre dar. Por eso el altruismo es la mayor fuente de energía renovable del universo”, subraya.
De hablar pausado y comedido —al inicio de la entrevista espera a que el periodista termine de tomar notas para continuar sus frases—, abandona toda reserva cuando aborda un tema que también tiene que ver con la comunidad y el rito. “Soy del Arsenal y me alegra mucho que me lo pregunte porque somos líderes a cinco puntos del segundo”. Y relata que no se libró de la polémica teológica cuando en los noventa, recién nombrado rabino jefe, acudió junto al entonces también flamante arzobispo de Canterbury, George Carey, a ver un partido entre el Arsenal y el Manchester United. “Sufrimos la peor derrota en casa: 2-6”. Al día siguiente, algunos medios bromearon con que la presencia de ambas figuras —anunciada por los altavoces del estadio— no había servido para evitar la humillante derrota y que esto era prueba de la no existencia de Dios. “Yo escribí una carta respondiendo:
‘En absoluto. Prueba que Dios existe, solo que es del Manchester United”.